Saturday, January 24, 2015

Los hablantes son más raístas que la RAE

Imagen de este vídeo tan cachondo.

No me canso (mentira, sí que me canso bastante) de explicar que la RAE no es propietaria del castellano, que ninguna lengua tradicional tiene una patente que pertenezca a una organización, que una palabra inventada en el momento puede ser perfectamente válida... y mucha gente, venga a reírse de la Academia por incluir cocreta y murciégalo*, venga a decir «tal palabra no existe porque no sale en el DRAE». Un diccionario es una obra de referencia, no una normativa; existe más de uno y más de dos; y todos ellos los hacen pequeños grupos de personas a las que se les puede escapar una palabra, o no conocerla, o considerarla excesivamente técnica para un diccionario generalista.

Un ejemplo. Algo que bloquea es un bloqueador. En medicina hay unas sustancias que se llaman bloqueantes, pues ese es el nombre que les dan los médicos, pero en el famoso DRAE no viene, sólo viene bloqueador; por tanto hay quien dice que esa es la forma correcta y que bloqueante no existe. Sin embargo, al menos uno de los tipos de bloqueantes sí que aparece en el DRAE con el sufijo supuestamente incorrecto: betabloqueante. ¿Y por qué? Pues a saber. Es perfectamente posible que una vez un académico fuera al médico, este le hablara de betabloqueantes, luego saliera de la consulta, cogiera el diccionario y se encontrara con que la palabra no estaba recogida. Entonces fue a la comisión, dijo «eh, Efemayúscula, Hacheminúscula, hay que meter esta palabra, que no aparece» y en la siguiente edición, allí estaba; y se olvidaron de incluir la otra, a pesar de que es incoherente que un sustantivo se construya con un sufijo y luego un derivado de ese mismo tenga un sufijo diferente. Son cosas que pasan, y ya está. Lo que no quita que el comportamiento consciente de la RAE en muchos aspectos sea muy discutible, pero eso es otra historia.

Se me ocurrió contar todo esto porque hoy encontré un comentario en un blog que reproduce una respuesta del departamento de consultas de la Real Academia, y termina así:

Por otra parte, el hecho de que una palabra no esté presente en el diccionario no quiere decir que no exista ni pertenezca al español, ya que puede ocurrir que no esté lo suficientemente extendida o documentada como para haberse incorporado.

Atentamente:

Servicio de consultas del RAE

¡Gracias, académicos! Hay quien os tiene por Líderes Supremos de la Lengua, me alegra que vosotros no os veáis así. Ahora corred a explicárselo a la RAG.

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*El caso concreto del murciégalo me encanta. Originalmente, el nombre de este animal era una palabra compuesta por el sustantivo mur, sinónimo desusado de «ratón», y el adjetivo ciego con el añadido del sufijo diminutivo latino -ulo que todavía se encuentra en palabras cultas como «partícula» o «corpúsculo». Es decir: un murciégalo es un ratón cieguito. Debido a que la gente tiende a hablar mal, que es la principal razón por la que las lenguas evolucionan, y a que la alteración del orden de las consonantes es habitual (ya me diréis por qué periculum dio peligro y no periglo, como en el resto de lenguas romances), el habla vulgar convirtió al mur ciégalo en un murciélago, lo que al principio seguramente recibió las mismas burlas de la gente culta que ahora el nombre original.

Y Úrsula significa osita (pequeño oso hembra). Y película es pielcita. Y 'Murica es la tierra de los ratones... No, esto último no.