Tuesday, January 29, 2013

Ir guapo a los exámenes

Ayer por la mañana me encontré con uno de mis vecinos checos en el baño (me cambié de habitación y piso el mes pasado, otro día os lo cuento). Iba vestido como para una boda. Le dije: qué elegante vas. Y me contestó: sí, es que tengo un examen.

¡”Es que tengo un examen”!

Parece ser que en estas latitudes es habitual ir a los exámenes vestido de bonito. Eso mismo me había contado Vica tiempo antes, aunque me había olvidado, la verdad. De todos modos, no recuerdo haber visto a mis compañeros muy elegantes en los exámenes. Aunque tampoco hay que fiarse mucho de mis observaciones porque suelo andar a mi bola y no fijarme en esas cosas.

Tuesday, January 22, 2013

Hoy nieva

A muchos os parecerá de perogrullo lo que voy a contar en la primera parte de esta entrada, pero para un gallego de la costa todo esto es novedad. Para que no os aburráis os voy a poner un enlace a una canción con la que os podréis entretener buscando su relación con el tema que nos ocupa. Escucha atentamente; no necesitas saber ni una palabra de ruso.


¿Qué temperatura es mejor: +1 ºC ó -1 ºC? La segunda, claramente. ¿Por qué? Muy sencillo: haciendo casi el mismo frío, a más de cero llueve, a menos de cero nieva. ¿Que cuál es la ventaja? Más bien dime tú: ¿¿cuál es la ventaja de la lluvia?? Si nieva no tienes que llevar paraguas. Te humedeces un poco pero no te calas. Si llegas a un sitio cubierto, te sacudes cada manga una vez con la mano abierta, rrrras, rrrras, y ya no tienes nieve encima. La humedad se evapora en un par de minutos. ¿Los bajos del pantalón? Secos como el Guadiana en verano. ¿Las botas? Da dos patadas contra una pared y ya estarán como nuevas por la parte de arriba. En este sentido, la nieve sólo tiene un inconveniente frente a la lluvia: se queda metida entre los resquicios de las suelas y allá donde entres vas dejando charquitos que se transforman en charcotes si te quedas quieto en el sitio, mientras que si están mojadas de lluvia sólo dejan marca los primeros cuatro pasos. Los felpudos suelen estar totalmente empapados y hacer prrsch prrsch (pŕšč pŕšč) cuando pisas. Sinceramente, prefiero eso mil veces a estar empapado y encogido, tener que andar de paseo con un paraguas ocupando una mano y te atasca cuando pasas junto a una farola en una calle estrecha, entrar en clase con el pantalón chorreando, congelarse los pies, etcétera.

Estoy hablando de niveles moderados de nieve, claro. Por suerte no estamos en Alaska ni en Laponia, ni nieva constantemente, ni las temperaturas son de menos mil.

Que no me venga ningún físico ahora con los cero Kelvin. ¡Enzo! ¡Murzurzul! Xatap :P

Una cosa curiosa es el ruido que hace al caminar sobre ella, el crujido ese. Al principio de la versión original de "Taistelu Pohjolasta" se oye a una persona caminando por la nieve, y yo durante años creí que era arena o grava. De hecho fue hasta hace muy poco, porque pensé lo mismo de los interludios del Varjoina. (Sí, estoy hablando de Moonsorrow todo el rato.) Esto le gustaría a Anxo Ocampo, mi profesor de Antropología del año pasado: cada uno asocia lo que percibe con lo que conoce.

La semana pasada, según fuentes locales, en el suroeste del país nevó como hacía cuatro o cinco años que no nevaba. Se hundía el pie hasta la mitad de la canilla, y eso que tengo las piernas largas. Ibas mirando por la ventana del tren y veías lo que yo llamo paisaje Kivenkantaja: líneas verticales blancas y negras dispuestas de manera aparentemente aleatoria. Y muchas y partout. Todo el monte es paisaje Kivenkantaja. De vez en cuando aparecen cobertizos o casitas.

Dije todo el monte. Esto no es monte, es llano. No tengo fotos de monte.

Hace exactamente diez años (± 5 días) estuve en Andorra y vi tanta nieve y más, pero primero, malamente recordaba lo que es estar en la nieve, y segundo, era montaña, no ciudad. Lo que sí recuerdo es que esquiar mola porque puedes caerte horriblemente, que no te harás daño. Al menos no por el golpe; otra cosa es que te tuerzas algo, pero no tiene por qué pasar. A lo que vamos: que ver una ciudad tan nevada como Komárno el jueves pasado era novedad absoluta para mí, y algo no tan habitual para los residentes.

¿Qué hace uno en esas circunstancias? Pues lo que tenía que haber hecho quince y veinte años antes. Un muñeco de nieve, por ejemplo. O una muralla de nieve. O coger carrerilla y deslizarse sobre el hielo, donde lo haya. O subirse a una pequeña colina artificial que hay y tirarse con un chisme de goma cuadrado con un asa y al caerse hacer un movimiento raro por culpa del cual se te llenan de nieve las botas. Menos mal que te las quitas, las sacudes y problema resuelto.

Debo confesar que, por lo anteriormente expuesto, no sabía hacer un muñeco de nieve. Yo creía que era amontonar tan blanco material hasta hacer una bola gorda, luego otra igual y luego otra más pequeña, ponerlas una encima de la otra et voilà. Si eres madre mía igual tienes un extraño método consistente en caminar describiendo un pequeño círculo y coger la nieve que queda en el medio. Pero lo normal es hacer una bola como la que le tirarías a cualquiera a la cara y hacerla rodar, rodar, rodar...


Hay que decir que las aceras y los bordes de la calzada quedan hechos un asco cuando la nieve empieza a estar demasiado pisoteada. Se pone marrón, se derrite parcialmente y forma mil charquitos que salpican un montón. Lo bueno es que aprendes pronto a tener cuidado con ellos y mantener tu pantalón limpio. ¡Que no, que no me gusta la lluvia! Y este año en Galicia seica está lloviendo que es una locura, cómo me alegro de no estar allí..

Para terminar voy a agregar unas fotillos más, que son chulas. El paisaje es una pasada. Yo creo que tiene que ser precioso para cualquiera, por muy acostumbrado que esté. La primera es en Bratislava, en la calle de la estación; el resto son en Komárno.